Las sesiones largas

Historia

En los años cincuenta, Silvio Fanti trató de subsanar ciertas carencias del marco psicoanalítico clásico. Progresivamente, puso a punto un nuevo ritmo de trabajo para que el analizado se sintiese más libre para contar su vida y así favorecer la verbalización asociativa. Alargó la duración de las sesiones hasta tres horas cada día y comprobó rápidamente que esta innovación facilitaba la resolución del conflicto neurótico.

Este es el origen de las sesiones largas, las cuales constituyen el pilar fundamental de este método.

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Hacer un psicoanálisis significa ir hacia el descubrimiento de nuestro inconsciente, el cual determina nuestra vida. Sin embargo, el inconsciente, al pertenecer a otro nivel de realidad, impide cualquier intento de descodificación cognitiva. Para solucionar esta dificultad, Freud experimentó el método de asociaciones libres: el analizado, recostado en el diván, se deja ir, describiendo lo que se le pasa por la mente y lo que siente sin preocuparse de la lógica de lo que expresa. Así, poco a poco aparecen las manifestaciones analizables del inconsciente.

Para optimizar el método de libre asociación de Freud, Fanti instauró un nuevo ritmo de sesiones.

La noción de sesión larga implica dos criterios complementarios e inseparables: la duración y la frecuencia.

  • Las sesiones de tres horas son más fisiológicas. El analizado dispone de tiempo para relajarse, contar asociativamente su vida y sus sueños hasta llegar a los más mínimos detalles, dejando surgir las emociones. Los asuntos o los temas evocados, encuentran poco a poco las correspondencias y equivalencias que los van estructurando entre sí. Estos puntos de articulación son indicios valiosos de núcleos del inconsciente. Este esquema de puesta en consciencia del inconsciente, requiere sesiones de dos a las tres horas diarias.
  • La elaboración hecha a lo largo de una sesión se retoma y se desarrolla en la sesión del día siguiente o del posterior... y así sucesivamente. Además, esto permite que día a día se puedan incorporar al material asociativo del analizado otros elementos actuales (contactos familiares, sociales, profesionales, correos electrónicos, llamadas) y en especial los sueños. Así, la frecuencia casi cotidiana de las sesiones mejora y asegura la continuidad de la puesta en consciencia del inconsciente.
Un trabajo que puede hacerse por tramos

El psicoanálisis de sesiones largas puede hacerse de manera continua o por tramos de unas semanas, intercalados por pausas de sedimentación de unos meses.

Un tramo de sesiones largas puede ser determinante para esclarecer un problema actual, reubicándolo en su contexto vital y darle un nuevo giro a la vida en determinados momentos como por ejemplo: la pérdida de un trabajo, una enfermedad, una separación, un duelo, la crisis de los 50 años o la entrada en la presenectud.