Si bien la Association Freudienne de Psychanalyse en Longues Séances (AFPLS) no está afiliada a la International Psychoanalytical Association (IPA), su código ético comparte los principios del de la IPA.
De acuerdo con las recomendaciones de la IPA, el código ético de la AFPLS conlleva en sus principios los derechos humanos, la deontología y los valores psicoanalíticos.
En esta página, los términos "analista" y "psicoanalista" incluyen los futuros psicoanalistas que han concluido su análisis didáctico y cuya práctica está bajo supervisión.
Todos los psicoanalistas de la AFPLS se comprometen al respeto del código ético en sus principios y en sus prácticas.

Para llevar a cabo un psicoanálisis de sesiones largas, deben de respetarse las siguientes directivas con vistas a la protección de los analizados, de los psicoanalistas y de la AFPLS:

  • La decisión de emprender un psicoanálisis de sesiones largas se basa en el principio de la libre voluntad del analizado y del analista. El final del análisis se establece, generalmente, de forma consensuada.
  • Cualquier abuso de autoridad por parte del psicoanalista hacia el analizado es incompatible con las reglas éticas de la AFPLS (y de la IPA). Se incluyen en este caso las tentativas de seducción, especialmente de naturaleza sexual, las relaciones sexuales entre analista y analizado, cualquier reivindicación financiera que no forme parte del contrato analítico establecido antes del comienzo de la psicoanálisis, cualquier acto de violencia física o verbal, y cualquier uso, a interés propio del analista, de informaciones proporcionadas en el contexto de la relación con el analizado. El consentimiento del analizado no exonera al analista de su propia responsabilidad.
 Es fundamental tener en cuenta que la transferencia y la contratransferencia no quedan necesariamente resueltas con el fin del análisis, más aún si éste termina antes de tiempo.
  • Estas mismas reglas se aplican a las relaciones entre analistas didactas y futuros analistas o analistas bajo supervisión.
  • Un psicoanalista que esté provisionalmente o permanentemente inhabilitado para asegurar su actividad, por razones físicas o psíquicas, tiene la obligación de dejar de ejercer como tal.
  • El psicoanalista y el supervisor están obligados a respetar el secreto profesional de manera estricta. Esta obligación implica una absoluta discreción en la presentación de los casos, seminarios, publicaciones que incluyan material clínico. Todas las comunicaciones y los documentos relativos al analizado son confidenciales. El analista y el supervisor tienen que asegurarse de que todo documento escrito (publicado) que se refiera a un analizado conserve su anonimato. La ruptura del secreto profesional solo puede hacerse con el consentimiento del analizado.
  • El psicoanalista que, en el contexto de un análisis, se entere de una información que plantee un problema ético, tiene que informar al analizado sobre la existencia del código ético. No obstante, no queda exento de la exigencia de confidencialidad.