Formación para ejercer el psicoanálisis de sesiones largas

La formación para ejercer el psicoanálisis de sesiones largas se basa en un análisis personal stricto sensu, un análisis didáctico, las supervisiones y la asistencia regular en seminarios. 
La formación se divide en dos partes: una que tiene lugar en la sesión analítica y otra fuera de la sesión.

El análisis didáctico
Se lleva a cabo sobre el diván.
Es el corazón mismo de la formación, donde el futuro psicoanalista adquiere los conocimientos teóricos, clínicos y técnicos que le permitirán practicar el psicoanálisis de sesiones largas.
En particular escucha algunas de sus sesiones grabadas a lo largo de su análisis. Así aprende a seguir el material de sesión con sus interconexiones asociativas y sus líneas repetitivas y reconoce cuándo y cómo intervenir.
Al término del análisis didáctico, el candidato está habilitado para ejercer bajo supervisión.

Las sesiones de control
Se llevan a cabo a lo largo de las primeras mil quinientas horas de práctica y deben incluir un análisis completo. Al principio de su práctica, el analista lleva a cabo periódicamente la revisión del avance de su trabajo, en especial de las resistencias y de la dinámica de transferencia y contratransferencia.

Práctica en un centro psiquiátrico
Se requiere a los candidatos que no son ni psicólogos ni psiquiatras, con objeto de adquirir una experiencia clínica equivalente.

El estudio de la obra de Freud y de los autores más relevantes del psicoanálisis

Los seminarios de profundización didáctica
Se realizan periódicamente y contribuyen a la mejorar de los conocimientos teórico-clínicos.

La escucha de las grabaciones: los trabajos prácticos del futuro psicoanalista

Es un aspecto esencial de la formación práctica del psicoanalista de sesiones largas: el candidato escucha, en el diván, sus asociaciones grabadas a lo largo de sesiones anteriores.

De esta manera aprende a reconocer y descodificar el encadenamiento asociativo del material de sesiones; es decir, a seguir la dinámica de las libres asociaciones y a captar la aparición de los temas que definen la neurosis. Presta atención a los silencios y a su calidad, a los esquemas repetidos y a su contexto, al ritmo y al tono de la voz, a las descargas afectivas así como a las oscilaciones de la transferencia.

Es el momento en el que el futuro analista se convierte en su propio psicoanalista y adquiere las herramientas para desempeñar su oficio.